La historia
comienza cuando mis amigas y yo estábamos con dos parejas, las cuales nos querían
hacer creer que estaban felizmente emparejados.
Bueno, pues
al final de la noche, una de las parejas se dividió. Ella, se quedó con
nosotras mientras nos tomábamos unas copas mas, y él se fue (a no se sabe dónde).
La otra
pareja hizo lo mismo, pero en este caso era el chico el que se quedo con
nosotras.
Hasta aquí,
algo normal de cada sábado.
Bueno, pues
cuando llegó la chica, su novio le
pregunto donde había estado, y ella ligeramente le resolvió la duda asegurándole
que en el baño, donde se encontró a unas amigas que hacía tiempo que no veía. Mi
grupo de amigas y yo, nos “olimos” esa respuesta un poco desordenada, insegura
y poco creíble. Aunque su novio se quedó “tan pancho”.
No hay que olvidar que la chica de la otra
pareja aun se encontraba con nosotras. A esta, le “sonó la campanita” y fue
cuando se pudo nerviosa. Cuando regresó el novio, le preguntó lo mismo, que
donde había estado, y este respondió algo parecido que la chica anteriormente.
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Bueno pues
tras esto, (que como se comprenderá fue el cotillón de la noche), nos paramos a
pensar en nuestro sexto sentido.
Y llegamos a
la conclusión de que tenemos un “poder sobrenatural”. Por como las mujeres tenemos una maquina llamada “detector
de mentiras”, una intuición no solo hacia estas, sino también en reconocer
sensaciones, de predecir el destino o cosas así.
Y bueno, la
pregunta es; ¿Qué relación tiene todo
esto con la didáctica o en su defecto con la educación social?
Bueno pues
para mi, si que tiene relación, y mucha. Aparte de que las mujeres generalmente
tenemos más habilidades sociales que los hombres y más empatía. También poseemos
ese sexto sentido por el cual se les quemó
a numerosas mujeres tachándolas de brujas.
Por todo
ello, creo que hay una notable mayoría de mujeres que estudian el grado de Educación
Social. Y con esto, quiero hacer referencia a la importancia que debemos darle
a este sexto sentido que se nos ha sido otorgado en nuestro futuro trabajo ya
sea como mediadora o educadora.
Pero mientras
tanto, lo utilizaremos como hasta ahora, para cotillear y no ser engañadas.
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